¡Ritarbeyu! ¿A donde vas?

Acto I           7 vidas, 7 gatos, 7 enanitos, 7 secretos, 7 colinas, 7 gemas, 7 días, 7 colores, 7 chakras, 7 sonetos medicinales, 7º arte, 7º día, 7   º cielo, 7º sello, 7º vício, 7 maravillas del mundo, 7 años en el Tibet, 7 musas, el 7 siete de bastos, 7 trompetas del Apocalipsis, 7 novias para 7 hermanos..., hablando de novias y del Apocalipsis, el otro sábado me acerqué hasta el Savoy, para ver la actuación del “Gran Gato” Fernando Lavado, excomponente de los Gatos Locos, y en uno de los intermedios me empezó a dar la “turra” una piba. Acto II           Yo no estaba para muchas hostias, pues la anemia me tenía tan bien abrazado como los amantes en plena explosión de pasión. Y la apasionada, que no pasionaria pegándome la brasa de narices. Le daba igual que estuviera felizmente casado y que tuviera una armónica (es decir una hija). Que si le gustaban los tíos con tupé, que si las patillas nos hacían más machos, “mecagüen en la mare que la trajió a este mundo”. Acto III

       ¡Ritarbeyu! ¿A donde vas ?, quería ver un poco la “tele” pero… me estaba acordando cuando Loquillo, o el Loco, como le llaman ahora cantaba eso de que se "emborrachaba y lloraba cuando tenía depresión", que le gustaba la “ dependienta de la tienda de patatas fritas ” …, años ha de eso, y que "tenía ganas de ser una estrella del rock & roll", pero a mí, me apasionan las “pelis” en blanco y negro, los croners, el doo wop,  doowopspain.blogspot.com/ y, prefiero más a “las cajeras de los supermercados” que a las dependientas, con todos mis respetos para todas ellas.           También decía eso de "quiero un camión". Realmente Dios algunas veces da mocos a quien no tiene pañuelo. Venga a pedir camiones, y más camiones. Al muy cabrón le faltaban, y yo, que trabajo en una “ báscula puente" pesándolos me sobran por todos los lados.           Los camiones se los puede pasar por delante de su banda de rock & roll. Y hablando del rocking

¡Ritarbeyu! ¿A donde vas ? Esta frase es uno de los primeros recuerdos  que tengo de mi infancia. Allí estaba yo, sin levantar apenas un palmo del suelo, con el flequillo casi tapándome los ojos, al lado de mi hermano mayor, saltando por los matorrales, brincando y lo más importante, pensando en cual sería la  siguiente travesura, para desconsuelo de nuestra santa madre.   Pero cuando mi madre me mandaba a cualquier recadín, o a por la leche, en las casinas de alrededor se oía siempre la misma frase: ¡ Ritarbeyu! ¿A dónde vas retaquín? ¡Hay Dios mío!, "esa cántara de leche nun va a llegar a casa, vas tirála toda per el suelo, y la tu madre va a esmoñicate a gorrazus, guaje". Es   lo que pensaba ella, pero el "cantaru la lleche llegaba a casa bien enteru", para gloria mía y descanso de mi madre.   Luisa, ella fue quien me puso el mote y ahí quedó en mis recuerdos. ¿Qué será de ella ahora? -   Seguro que está en el cielo de las lecheras, bien rodeada de amigable